Y llegamos al eterno dilema que siempre nos ocupa ¿activo, pasivo o versátil? Se supone que algo de las tres hay que ser, o mejor incluso reducirlo a dos, puesto que la versatilidad nunca será completa, o te gusta dar o te gusta recibir, en mayor o menor grado. Yo sostengo que si eres homosexual, si te gustan los hombres, aparte de que no te tienen por qué gustar todos, en unos casos te gustará un sentido y en otros otro, depende de quién tengas enfrente, por eso lo más adecuado es la versatilidad. Pero claro, en términos de sexo, lo que importa es lo que importa, es decir cómo te la metan o la metas y a quiénes o cuántos te folles o te follen. Puede parecer triste, por lo cosificante, pero es así. ¿Y lo bien que me lo paso buscando como un descosido todos los fines de semana a alguien a quien tirarme o que me deje como jarto de churros? Y quien dice los fines de semana ya amplía a toda la semana, que uno tiene necesidades a diario y el morbo hay que alimentarlo no sea que se escape y no vuelva y me deje como escurrido y lánguido y cual alma en pena, como esos amigos que ya se casaron y no follan más que un par de veces al año como algo especial.

Hay gente que no admite que se la metan. No sé por qué. Quizá es que no les gusta, quizá es que les provoca dolor y por eso no les gusta. Quizá es porque así mantienen la ficción de que son unos hombres de pelo en pecho o mucho más machos. No lo sé, y desde luego, si es esto último, que vayan a un buen psicólogo, a ver si consigue arreglarles un poco la chaladera.

Y hay gente que le encanta que se la metan. Y bueno, es respetable también. A mí estos, no sé, es que les tengo un especial aprecio. Quizá porque en mi carpetovetónico interior, les veo como un poco más desvalidos, por eso de ahí me las den todas. Pero no hay que olvidar que al menos los que conozco, disfrutan horrores, o sea que no es para tenerles ninguna pena, y lo de desvalidos no hay donde sujetarlo.

En fin, que no sé para qué escribo sobre esto cuando la realidad es que hay de todo en este mundo y así habrá de ser. Quizá sobre lo que tendría que hablar es sobre el activo que se cree que por eso es más hombre; o sobre el mito del pasivo mujercita. Pero es que en estos casos, la excepción no confirma ninguna regla ¿no les parece?